La economía en Rumania

De la sombra del pasado surge un nuevo futuro, como el estado actual de la economía rumana. Este país está emergiendo gradualmente con bases económicas sólidas, al tiempo que enfrenta los desafíos heredados de su pasado reciente para asegurar un crecimiento sostenible y equilibrado.

El crecimiento económico de Rumanía

Antes de 1989, Rumania vivía bajo un régimen comunista, con una economía planificada y centralizada, fuertemente dirigida por el Estado. La producción industrial estaba dominada por empresas estatales y la agricultura estaba colectivizada. El fin del régimen de Nicolae Ceausescu marcó un punto de inflexión importante en su desarrollo económico. Después de la caída del comunismo, Rumania inició un proceso de transición hacia una economía de mercado dinámica. Desde que se unió a la Unión Europea en 2007, el país ha experimentado un crecimiento económico notable. A pesar de desafíos globales como la crisis financiera de 2008 y la pandemia de COVID-19, está mostrando tasas de crecimiento sólidas. El crecimiento del PIB fue respaldado por una mayor inversión extranjera, reformas del sector privado e instituciones financieras más sólidas.

Industrias y servicios que impactan la economía de Rumania

La economía rumana se caracteriza por una mezcla de industrias tradicionales y servicios modernos, con un fuerte enfoque en la diversificación para apoyar el crecimiento. Sectores como el manufacturero, aunque muy afectados por la transición postcomunista, han logrado modernizarse con el paso de los años y adaptarse a las demandas del mercado internacional. El caso de gigantes del automóvil como Renault y Ford, que tienen fábricas en Rumanía donde se fabrican vehículos y recambios. También crece la producción de componentes electrónicos, de electrodomésticos o de equipos para diversas industrias, y Rumanía aprovecha su mano de obra cualificada y de bajo coste para atraer inversores extranjeros, o incluso la producción de textiles y prendas de vestir, que sigue siendo importante, sobre todo para las exportaciones a la UE. El sector agrícola contribuye significativamente al PIB, particularmente en las zonas rurales, con la producción de cereales, frutas y verduras, así como ganado. En cuanto a los servicios, especialmente los financieros y bancarios, están creciendo rápidamente en Rumania, apoyados por un aumento de la bancarización, el acceso al crédito y las inversiones extranjeras. También está el turismo, aunque el sector se ha visto afectado por la pandemia, sigue siendo un sector estratégico para la economía rumana.

Los desafíos económicos de Rumanía

En 2023, el país registró un aumento del PIB del 2,1%, alcanzando los 30.000 euros per cápita, por debajo de la media europea de 37.600 euros. Sin embargo, Rumania se enfrenta a desafíos económicos, incluido un elevado déficit de cuenta corriente (alrededor del 8% del PIB) y una deuda pública en aumento, que se acercará al 50% del PIB en 2024. La producción industrial disminuyó un 4,9% en 2023, aunque el comercio se mantuvo fuerte, en particular con Francia, alcanzando los 11.600 millones de euros. El crecimiento económico y el poder adquisitivo del país se ven afectados. A estos desafíos se suman la emigración de mano de obra calificada, las desigualdades regionales y la dependencia de ciertos sectores clave, que limitan su desarrollo a largo plazo.

La economía rumana, a pesar de su potencial y sus activos, sigue enfrentándose a desafíos cíclicos que impiden su pleno aprovechamiento. ¿Cómo podrá afrontarlos y optimizar sus recursos para transformar su potencial económico en crecimiento sostenible e inclusivo?