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27 Mars 2025
El mercado textil mundial, que en 2021 alcanzó los 943.920 millones de euros, sigue creciendo. Gracias a una producción récord de 728.000 toneladas de algodón crudo en 2021, Benín se ha consolidado entre los principales actores textiles africanos. En 2025, el crecimiento de este sector se verá reforzado por una demanda local dinámica y un mercado regional estimado en 28.500 millones de euros. Alrededor del 30% de los trabajadores del sector del algodón están empleados por empresas textiles, lo que pone de relieve su papel clave en la economía nacional.
La agricultura sigue siendo esencial para la producción industrial de Benin. En 2023, representó el 78,2% del valor añadido del sector primario, es decir, 3.300 millones de euros frente a los 3.150 millones de euros de 2022 (+4,8%). Este crecimiento, apoyado por inversiones en la modernización agrícola, fortalece la base industrial del país. Sin embargo, la participación de la agricultura en el sector primario está experimentando un ligero descenso en comparación con el promedio del 78,7% entre 2018 y 2022, lo que indica una diversificación gradual de la economía.
Aunque Benín no es un gran productor de petróleo, aún dispone de 44 millones de barriles de reservas en 2025. Sin embargo, la falta de una refinería le obliga a exportar su crudo e importar productos refinados. Sus reservas de gas siguen sin explotar, lo que aumenta la dependencia de las importaciones de energía.
La agroindustria está experimentando un crecimiento significativo, especialmente en el sector de los aceites comestibles, con una producción de 109.000 toneladas de aceite vegetal en 2019. Se prevé que el mercado africano de aceites, valorado en 4.560 millones de euros en 2021, alcance los 8.080 millones de euros en 2029. La producción de soja también se ha disparado, pasando de 57.000 toneladas en 2009 a 222.000 toneladas en 2021, con un valor multiplicado por 16.
Entre 2018 y 2023, la agricultura aportó 3,9 puntos al crecimiento del sector primario. En 2025, el desafío es acelerar el procesamiento local de materias primas para maximizar el valor agregado y reducir la dependencia de las exportaciones. La industrialización y la modernización de la infraestructura siguen siendo desafíos importantes para posicionar a Benin como un actor clave en los mercados africanos e internacionales.
En 2024, la GDIZ generó 14.000 empleos directos, impactando positivamente a muchas familias beninesas. GDIZ cuenta con 14 unidades industriales en operación y más de 36 inversionistas. Ha exportado más de 2 millones de piezas textiles que cumplen con los estándares internacionales, consolidando así la posición de Benin en el mercado global. En 2024, la conversión de recursos locales en productos terminados de alto valor añadido también fue crucial.
Benín avanza a toda velocidad por la autopista de la industrialización y, por supuesto, no tiene intención de dar marcha atrás. Entre el algodón procesado, la soja potenciada y el todavía algo tímido petróleo, cada sector va poniendo manos a la obra. Es cierto que aún quedan desafíos, pero con tanta energía, incluso el gas que aún se encuentra bajo tierra debe estar temblando de anticipación. Una mezcla de seriedad y ambición… con el toque justo de picante para que tenga buen sabor.